Del amor al desamor laboral…

Cuando me enamoro de la empresa

Del amor al desamor laboral…

En este artículo explico lo que se vive cuando te contratan en una empresa (enamoramiento) y porqué le llega a muchos el desamor.

Te invito a recordar aquel momento en el que te dieron el sí, te hicieron la oferta, y estabas muy  contento de comenzar en esta nueva empresa, emocionado como cuando comienzas a salir con alguien que te encanta.

Llega el primer día y te dan la bienvenida. La empresa, tus compañeros de trabajo y tu jefe celebran tu llegada con cara de felicidad y en muchos casos de alivio, vienes a hacerte cargo y a quitarle cargas a otros.

El enamoramiento comienza con esa etapa de descubrimiento en donde todo va bien, es interesante, la gente es chévere, tu trabajo luce muy bien. Esto puede durar de 6 meses a 1 año.

Hay gente que el enamoramiento se le acaba en las primeras semanas, porque tienen un jefe imposible o porque el choque con la cultura laboral es tan fuerte que más de uno sale corriendo.... te das cuenta que comenzaste a salir con la persona equivocada y  nada que ver… mejor huyes por el costado.

Luego del año te das cuenta de algunas cositas que no te gustan tanto, pero es más lo que te gusta que lo que no… entonces el enamoramiento continúa pero más consciente.

Llegas a los dos años. Y aquí ya los trapitos sucios se han puesto en evidencia. Puedes decidir continuar amando y quedarte (al igual que con una pareja) o comenzar a ver para los lados a ver si hay por allí algún empleador más atractivo.

Y si buscas, más de uno te va a picar el ojo… y la tentación de irte puede ser fuerte, a buscar gramas más verdes por otros lados.

Si te quedas, continuas en la empresa hacia una etapa de madurez, vas madurando y creciendo con el cargo. Tienes muy presente las cosas buenas de la empresa, también sus defectos, los de tu jefe, compañeros de trabajo y afines, pero como no hay nada perfecto y si te sientes bien esa es la mejor brújula para mantenerte en un lugar…pues sigues eligiendo quedarte.

Y vamos a suponer que te dieron en la misma empresa los 3 o 4 años,  y por ejemplo, te cambiaron el jefe, y no te va muy bien. Buscas cambiarte a otro puesto porque ya sientes que quieres hacer algo distinto y las oportunidades son limitadas. No sientes mucho apoyo de tu jefe y tu trabajo se vuelve rutinario.

Y la rutina te comienza a aburrir, te comienzas a desenamorar, no solo por la rutina, sino por varias cosas que van llenando el vaso. Y este momento se vuelve peligroso porque comienza a saber a desamor.

El problema es que es difícil captarlo.

La empresa no lo percibe y tu jefe está muy ocupado y ni cuenta se ha dado. Estás desmotivado.

Vuelves a intentar un cambio, pero te das cuenta que no tienes mentores que te apoyen, en tu jefe no hay nada que buscar porque parece más una piedra en el camino que otra cosa y a pesar de que la empresa ha invertido mucho en ti, en cursos, en viajes, en proyectos especiales, sigue estando en el punto ciego tu malestar.

Y entonces, tomas la decisión de buscar por fuera y llega una oferta bien atractiva, difícil de resistir y se da un divorcio inevitable.

La empresa, tu jefe y colegas quedan sorprendidos, pensaban que estabas feliz y esta noticia que te vas les ha caído como un balde de agua fría. Tratan de retenerte y te hacen una contraoferta para que te quedes pero ya tu decisión está tomada porque no te vas solo por dinero, te vas porque ya no te sientes igual, no te sientes tan querido y valorado como antes.

Entonces el divorcio es inminente.

Te despides con sentimientos encontrados. En el fondo te hubiera gustado quedarte si las cosas hubieran sido distintas pero no fue así. Extrañabas, por ejemplo, a tu jefe anterior, ese que estaba más pendiente, más atento, más interesado en tu desarrollo profesional, pero como sabemos que tener un buen jefe es un lujo y si te toca un mal jefe puede ser una catástrofe para tu crecimiento profesional, pues no queda más que dar las gracias por lo bueno y salir por la puerta grande, agradeciendo el romance que viviste.

Y ahora a prepararse emocionalmente para el próximo romance, con deseos que este sea mejor.

A los líderes que lean este artículo, acérquense a sus empleados, pregunten como están, lean las señales, porque siempre las hay. Si hay alguien bajo de moral, evaluar porque esta desmotivado, y si es un buen empleado, hay que buscar las maneras de traerlo de regreso, de volver a enamorarle para que se sienta bien, su productividad se incremente y se pueda retener para que tanto la empresa como él se beneficien de una larga y productiva historia de amor laboral.

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